Es una gran herramienta que se puede utilizar para estimular y fomentar el desarrollo físico, emocional y de la inteligencia de los niños. De esta manera cuanto antes se estimulan las potencialidades, más temprano y mejor se podrá desarrollar.
Las interacciones entre el cuidador y el niño facilitan el desarrollo social y emocional, por ello es que el cuidador debe tener la sensibilidad y capacidad de respuesta hacia el niño y evitar el castigo físico. La falta de oportunidades de aprendizaje temprano e interacciones entre cuidador y niño de manera apropiada contribuyen a la pérdida de potencial de desarrollo.
Hay evidencia sobre las intervenciones en estimulación temprana y los beneficios a nivel de los resultados emocionales y cognitivos de los niños.