Se recomienda que el niño comience a realizar el cepillado él mismo, supervisado por un adulto, al menos dos veces al día (mañana y, sobre todo, noche) o preferiblemente después de las comidas, ya puede utilizar pasta dental en pequeña cantidad (tamaño de una lenteja).
Lo fundamental es lograr el hábito de cepillado, para ello debemos acompañarlos cepillándonos con ellos, utilizando juegos, canciones.
Para favorecer el buen crecimiento del maxilar se recomienda que a los dos años ya no se utilicen ni chupete ni mamadera.