Es el conjunto de atributos que hacen referencia a una parte de la presentación, composición tratamiento y conservación que hacen del alimento un producto aceptable al consumidor y al aspecto sanitario y nutricional.
Una vez que se estableció la cantidad de energía diaria que deben aportar los alimentos complementarios, se debe valorar la densidad energética y la frecuencia de las comidas. Ambas variables se relacionan entre sí, de manera tal que a menor número de comidas se deberá aumentar la densidad energética y a menor densidad energética, mayor será el número de comidas.
Los horarios de las comidas deben incorporar al niño poco a poco dentro de la alimentación familiar. Idealmente, el niño debe realizar cuatro comidas diarias con una o dos colaciones.
Para crear buenos hábitos alimentarios la alimentación del niño debe ser variada, las comidas deben desarrollarse en un ambiente agradable y placentero, compartida con los demás miembros de la familia, y evitando premios o castigos relacionados con la alimentación y el horario de las comidas.