Se recomienda que entre los dos y los cinco años de edad el uso de pantallas se limite a una hora diaria con fines educativos; mayor tiempo de exposición puede asociarse a problemas del desarrollo. También se desaconseja el uso de pantallas antes de dormir por la asociación con problemas del sueño y durante las comidas principales porque puede asociarse a obesidad.
A esta edad el uso de la tecnología debe estar siempre supervisado (en cantidad y en calidad) por un adulto responsable.
Es aconsejable también la promoción de hábitos, como el juego al aire libre, la lectura de cuentos, los juegos otros niños y con juguetes, que estimulan sus habilidades e imaginación.